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Alfarería de Tajueco
Los cacharreros de Tajueco del siglo XVIII al XX:
En la localidad de Tajueco, en el centro de la provincia de Soria, tenemos el interesante foco alfarero, aún en activo, que produjo activamente al menos desde el siglo XVI cuando fabricaron ladrillos para palacios como la fortaleza de San Leonardo (Soria). Organizados gremialmente, los alfareros de Tajueco vivieron su época de esplendor en el siglo XVIII, haciendo vajillas, ollas y cántaros. Durante el siglo XIX, una vez desaparecidos los gremios, continuaron como organizaciones familiares rapartiéndose las comarcas de toda la región del occidente de Castilla. Los llamados "cacharreros" de Tajueco producían como negocio familiar, durante todo el año y lo vendían en ferias y mercados hasta el final del siglo XX. La familia de apellido Almazán, durante varias generaciones ha protagonizado las últimas hornadas de este alfar y además en el pasado repartió sus miembros, una vez formados en Tajueco o Deza, hasta otros alfares de las provincias de Soria, Burgos o Palencia.
Historia y evolución de la cerámica de Tajueco
La cita más antigua del trabajo alfarero en este pueblo soriano es del año 1518 cuando aparece como “ome bueno” (hombre bueno) Sebastián “el ollero”, vecino del pueblo de Tajueco.
La judería de Tajueco, aunque pequeña en número tuvo relevancia económica en el pago de elevados tributos a los reyes del siglo XV. El hebraista burgalés Francisco Cantera recogió información del pago de 3347 maravedíes de la aljama de Berlanga de Duero, junto a la de Fuentepinilla y Tajueco. En 1472 si cita a cuatro judíos residiendo en Tajueco. No tenemos constancia de la relación de la judería con la producción de cerámica, pero hay que considerar que la la alfarería era una producción industrial costosa de iniciar y a la que la emprendían las personas que por no dedicarse a la agricultura necesitaban desarrollar los trabajos artesanos y comerciales como fue el caso de moriscos y judíos en la España del siglo XV.
Tajueco se encuentra bien situado en un antiguo camino que comunicaba el Reino de Aragón con Castilla, desde Zaragoza hasta Valladolid, pasando por Almazán. Precisamente en Tajueco hay una antigua casa de postas, activa desde el siglo XVI, lugar importante de parada de comerciantes y viajeros. En el siglo XIX, la producción alfarera de Tajueco pudo mantenerse gracias a la salida a través de Ferrocarril, por la línea Valladolid - Ariza desde la cercana estación de Berlanga de Duero.
La importancia de la alfarería de Tajueco está perfectamente documentada desde mediados del siglo XVIII cuando El Marqués de la Ensenada ya refirió que había 13 maestros alfareros en el pueblo en 1752”. Las piezas que se hacían a finales del siglo XVIII eran "botijas, jarras,cuencos y otras piezas", dando trabajo unos 200 días al año, así mismo de los 24 labradores censados, 19 de ellos producían alfarería temporalmente. (1)
Este número de Alfares convierte a Tajueco en el segundo centro industrial más importante de la provincia de Soria detrás de la cercana localidad de Almazán que alcanzó 24 maestros. la "referencia a maestros alfareros" nos permite afirmar que este oficio estaba perfectamente organizado en un Gremio, como institución representativa del oficio y que había oficiales y maestros encargados de mantener la calidad del producto y la transmisión del conocimiento a los aprendices y futuros maestros.
Avelino Hernández, el novelista soriano, difundió por España la presencia la artesanía española y de Tajueco contaba del alfarero Máximo Almazán, también conocido como el Cacharrero, mote que refuerza la copla que aún recuerdan los narradores orales de la zona: “Aquí tropezó y cayó el burro del cacharrero y fueron a dar por saco las cazuelas y pucheros”. En Tajueco trabajaron en la década de 1950 hasta cuarenta familias, produciendo alfarería vidriada para cocinar y vasijas de la cultura específica de la matanza del cerdo como las orzas y barreños
En el año 1978 por iniciativa de José Luis Argente se celebró una exposición en el Museo Numantino donde el Alfarero Máximo Almazán Romero elaboró en exposición pública un total de 159 piezas que son las que conforman actualmente la colección de este museo soriano. Algunas de esa piezas fueron publicadas en 1981 en el libro Alfarería Popular de Tajueco publicado por el Museo Numantino. gracias a esta labor del Museo y a otra exposición celebrada en 1994, conocemos las formas y tipos de piezas elaboradas en este Alfar soriano.
Barro tradicional de Tajueco (Soria). Formas y piezas retratadas en 1994 por el arqueólogo y director del Museo Numantino, José Luis Argente Oliver para la exposición: Cerámica tradicional en Soria, Diputación de Soria, 1994.
Nosotros, como discípulos del gran humanista José Luis Argente, vamos a catalogar y rescatar todas cuantas piezas de cerámica popular soriana como tengamos oportunidad, con afán divulgativo, etnográfico y de utilidad para el coleccionismo.
Ejemplo de orza de Tajueco. Colección particular de Guillemro Gómez. Recogida para su estudio en la provincia de Soria, esta orza cocida en horno de leña, con buen uso y desgaste en la solera, es una de las orzas antiguas producidas en Tajueco, del modelo de finales del siglo XIX y primeros años del XX.
El comercio de la cerámica de Tajueco:
Por tradición popular recogida en los estudios etnográficos citados sabemos que los alfareros de Tajueco se repartían la provincia de Soria y las vecinas de Burgos, Segovia, La Rioja, Guadalajara y Zaragoza, para vender. Se facturaba en el ferrocarril las piezas, llegando incuso hasta Madrid. En pleno siglo XX, siguiendo sin duda costumbres legales establecidas por el antiguo gremio alfarero, cada maestro tenia una zona asignada y no podía vender en la zona o comarca de otro vecino de Tajueco, par ano establecer competencia y mantener precios y clientes.
A la familia de Máximo Almazán familia le tocaba ir hacia abajo, hacia El Burgo, San Esteban y Aranda, trajinando con los burros, cinco horas de ida y otras tantas de vuelta. Yo me recorría la ribera. A Máximo le facturaban en le ferrocarril hasta Aranda la mercancía”, donde era muy valorada la fama de los cacharros de Tajueco pudiendo mantener su negocio durante todo el siglo XX. Toda la ribera del Duero era territorio de la familia Almazán Romero, desde langa de Duero llegaban a Ayllón y Madeeuelo (Segovia) y Lerma en Burgos, un total de 90 pueblos recorridos al menos una vez al año aprovechando ferias, romerías como la de San Bartolo (Ucero) y días de mercado. En la famosa romería de la Virgen de la Saludo en Barbatona cerca de Siguenza (Guadalajara) acudían hasta siete familias de Tajueco por ser su mayor mercado anual.
Los productos del torno de Tajueco son cacharros tradicionales, de color rojo. Se elaboran modelando la arcilla húmeda, previamente
preparada y libre de impurezas, dándoles luego una fina capa de vidriado de plomo que al cocerse les confiere un color rojizo característico y a veces con zonas verdosos. Las formas y tamaños buscan la utilidad con la máxima sencillez y escaso adorno, orzas, ollas, cántaros, jarras, vasos, cuencos... Entre ellos destaca el popular botijo que se nos presenta desde su forma más simple hasta la más ornamental, como el original botijo de campanario o el botijo gallo.
Itinerarios comerciales de la cerámaica de Tajueco
A través de publicaciones en prensa y los estudios de hstoriador loca Áängel Almazán conocemos que además de la provincia de Soria, los cacharros de Tajueco eran los más vendidos en las montañas de Cameros, las tierras de Ariza en Aragón, Riaza en Segovia, y en la comarca de Sigüenza y Molina de Aragón al norte de Guadalajara. En el siglo XIX y comienzo del XX los alfareros de Tajueco acudían a ferias de estas localidades donde eran la alfarería más valorada en esas comarcas.
Cada familia tenía su itinerario tradicional:
- Los Mínguez por Guadalajara y tierras del Burgo de Osma.
- Varios Mínguez acudían a Soria capital
- Los Isla llegaban hasta Lerma.
- Apellidos Almazán, Sántos y Vicente, en Soria y Almajano
- Otros Almazán a Montenegro de Cameros y a los Cameros riojanos.
- Romero por Vinuesa y Cabrejas del Pinar
- Almazán Romero Tierras del Burgo.
Imagen de ejemplo de piezas musealizadas de la alfarería de Tajueco (Soria):
1) Gran jarra dedicada. Esta jarra datada en 1945 va dedicada a su dueño: "Soy de Ángel Castillo Bordecorex Año de 1945" Pertenece a la colección particular de Guillermo Gómez Modamio.
2) Gran orza de Cofradía. Hecha en los alfares de Tajueco en el siglo XVIII o XIX se expone en una iglesia de la Provincia de Soria.
3) Cazuela para fuego, forma tradicional de Tajueco a comienzo del siglo XX. Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico (Madrid) Inventario CE044902
Muy antigua medida de vino castellana. La media cántara de Tajueco (Soria)
Esta bonita jarra de gran tamaño equivale exactamente a media cántara de vino. La cántara o cántaro como unidad de medida oficial para volumen de líquidos, anterior al sistema métrico, es equivalente a: 1 cántara = 15,80 litros, en Soria. Con variaciones en las diferentes provincias castellanas, por ejemplo: Valladolid 15,58 litros, Burgos 14,10 litros y Ávila 15,84 litros. Por lo tanto esta jarra para medir el vino hecha en Tajueco es de 1/2 cántara, casi 8 litors (7,92 l.). Nosotros la hemos medido con agua y al llegar a la raya que tiene junto al borde nos da aproximadamente esa medida de los ocho litros. Según los cálculos antiguos de esta gran jarra se pueden servir 4 jarras de azumbre o 16 cuartillos y por lo menos 64 copas, lo cual es vino para una multitud.
Cómo se reconoce la cerámica de Tajueco.
Según nuestro estudio, por el que han pasado cientos de piezas de cerámica tradicional española, la alfarería de Tajeuco es singular y mantiene durante desde el siglo XVIII al XX una forma única de trabajar el barro, las asas de cinta y el vidriado que la hacen reconocible. Por su puesto, cualquier pieza de barro vidriado que nos encontremos en las casas tradicionales de la provincia de Soria es susceptible de proceder de Tajueco, pero en la actualidad ya no quedan muchas en Soria, a excepción de las escasas recogidas en los museos etnográficos locales. Pero incluso en cualquier colección particular española, sacada del contexto soriano, un obra de alfarería de Tajueco es reconocible por sus asas de cinta planas y bien moldeadas en ángulo recto, su forma voluminosa con líneas ondulantes marcando la curva hacia le cuello y los cordones descendentes, llamados barretas.
A pesar de que el Museo Numantino, inexplicablemente, no expone su colección de barro de Tajueco, ni ninguna pieza de alfarería popular soriana de sus abundantes fondos, algunos museos locales de los pueblos sorianos han recogido algunas piezas, pero tampoco se pueden ver en exposición al estar cerrados al público no son visitables. Por lo tanto, son museos como le del traje de Madrid y colecciones particulares las que exponen y divulgan en la actualidad este valioso patrimonio etnográfico soriano.
Máximo Almazán, el último alfarero tradicional de Tajueco
La saga de la familia alfarera de apellido Almazán se puede resumir así:
En el último tercio del siglo XIX se traladó desde Tajueco a Deza el alfarero Clemente Almazán. Su hijo Pedro Almazán Remartínez regentó con exito su obrador de Deza haciendo bocetos e innovaciones como jarrones y botellas de adorno y grandes lámparas ornamentales para una ermita local.
Pedro Almazán formó en su obrador de Deza a sus hjos Juan y Máximo Almazán Romero que se instalaron de nuevo en Tajueco a mediados del siglo XX. También otro hijo suyo Lorenzo Almazán que se asentó en Boos, pueblo que sin tradición alfarera tuvo su alfar activo hasta finales del siglo XX haciendo piezas idénticas o muy parecidas a las de sus hermanos de Tajueco.
Máximo Almazán Romero, Alfonso Almazán Mínguez e Iris Almazán Ondategui (abuelo, hijo y nieta) en entrevista de prensa del año 2018 son el último ‘reducto’ de la alfarería artesanal tradicional de la provincia de Soria al final del siglo XX“ Alfonso ha tomado el relevo a su padre Máximo, que con 90 años recién cumplidos (nació en 1928) todavía se resiste a dejar de sentarse en el torno y dar forma a un barro que ha sido la pasión y el sentido de su vida, además de su familia.
Según informa la familia de apellido Almazán, Tajueco cuenta con cuatro tipos de arcilla de gran calidad, más porosas y más impermeables, que mezcladas adecuadamente ofrecen una calidad óptima para las piezas de fuego, como pucheros, bandejas de asar o platos; o para las vasijas de líquidos, como botijos, cántaros o jarras. Las piezas de otras alfarerías sorianas no valían para cocinar, porque saltaban, en una época en que la comida se hacía en pucheros y ollas de barro, por lo tanto Tajueco se especializó en las grandes orzas de conserva de matanza, para lomos y chorizo en aceite y también en pucheros y ollas para el fuego. Los platos y vajillas de mesa se realizaban en la cercana villa de de Almazán con un barro más ligero y fino.
La influencia de Tajueco en otros Alfares
Es conocido que los últimos Alfareros de la localidad de Boos en Soria, provenían de Tajueco y tenían vínculos familiares con el mismo apellido Almazán de Tajueco; además realizaban las mismas piezas y formas. También en Deza (Soria) hubo alfareros de esta misma familia. En la localidad de Almazán distante 30 km hubo un gran centro alfarero que seguramente tubo influencias comunes con Tajueco y que por lo menos el apellido Almazán puede denotar un origen de estos alfareros de Tajueco en la villa capital de su comarca.
En Baltanás, provincia de Palencia se realizaron a final del siglo XIX, cerámicas muy parecidas a las de Tajueco, como se reconoce en el estudio etnográfico publicado en 2013. Está documentado que el alfarero Jerónimo Almazán Rodriguez (nacido hacia 1827) se estableció como cacharrero, cantarero y alfarero en Baltanás. Al parecer este alfarero pasó primero por Aranda de Duero, después por Trigueros y Mojados (Valladolid) donde se casaría y más tarde se estableció en Baltanás, trabajando al menos entre 1871 y 1885. No sorprende pues que algunas orzas de Baltanás tienen las mismas formas y van decoradas con los mismos cordones digitados que las de Tajueco de esa época.(2)
Posiblemente pariente de Jerónimo Almazán era Prmitivo Almazán que procedente de Tajueco se estableció en Huerta del Rey (Burgos) en el siglo XX (3)
Tajueco exportó alfareros a localidades de la provincia de Soria y de otras, donde había mercado para vender, si bien Máximo remarca -con orgullo- que muchos compraban las piezas en Tajueco, para luego venderlas.
La evolución del medio rural y su despoblación ha terminado con la actividad artesana de la alfarería, hasta el punto de que Máximo Almazán ha sido el único alfarero tradicional soriano que ha sobrevivido al final del siglo XX. En 1925 había 42 alfareros, 40 hacia 1955, cerrando todos hacia 1965 y quedando solo uno que se retiró en 1975, año en el que lo reinician Máximo y Juan Almazán y después Honorio Soria Mínguez. Por lo tanto que la tradición ha sido continuada en el tiempo hasta la actualidad.
La Guía de Artesanía de Soria recoge los datos del anuario de 1931, que nos aporta el nombre de algunos alfareros activos en la provincia de Soria:
En Tajueco: Gaspar Agustín y Blás Mínguez. Estos dos alfareros fueron los últimos de una tradición ancestral que trabajaron en la primera mitad del siglo XX. (4)
Catálogo de piezas de la alfarería obrada en Tajueco:
En nuestro estudio hemos documentado hasta 31 tipos de pieza hechos en los alfares tradicionales del Tajueco. Nosotros hemos estudiado las piezas conservadas de los siglos XVIII y XIX y hasta los años 70 del siglo XX.
Seguro que se hicieron más tipos de piezas en diferentes etapas del alfar, pero estas de aquí son las que están ampliamente documentadas y pueden servir de modelos para reconocer las piezas de la alfarería de Tajueco.
Los coleccionistas de las piezas de Tajueco puede fijarse en estos modelos o solicitarnos información o fotografías de las piezas catalogadas y coleccionadas por nosotros.
1- Orza de Tajueco
Esta es la orza canónica de Tajueco que elaboró Máximo ALmazán en el año 1978 para el Museo Numantino, pero de esta tipología, las tenemos mucho mas antiguas, datadas en el siglo XIX, más grandes, vidriadas completamente, en tonos verdosos, y con diferentes tipos de barretas y adornos.
La orza es la pieza más característica de Tajueco, con sus dos grandes asas de cinta, acodadas en ángulo y a veces apoyadas en el labio. Las hay muy grandes de más de 50 cm de alto, y otras más pequeñas de unos 30cm. De dos asas son las más comunes, pero las hay de tres y de cuatro asas. Para distintos usos, el más frecuente es contener el lomo o chorizo en aceite conservado después de la matanza invernal en frío durante todo el año. Su excelente vidriado hace que pueda usarse muchas veces ya que se limpia con facilidad y el aceite no traspasa el barro por los poros. Otras orzas de Tajueco eran "mieleras" para recolectar y conservar la miel.
2- Orza para chorizo en seco
Esta orza no necesita vidriado, pues el alimento que contiene está seco y no pringa. Los agujeros permiten "orear" aireando el alimento para que se seque lentamente. Si se meten caracoles y se tapan no se saldrán pero no es una caracolera.
3- Medida de vino
La medida de vino de Tajueco que hemos documentado es de media cántara, aproximadamente 8 litros, equivalente a 4 azumbres. Aunque es de gran tamaño se podía manejar fácilmente gracias a su gran asa. La gran capacidad y su medida exacta de la mitad de una cántara permitía medir el vino fácilmente. Lleva una raya incisa al exterior del borde que marca con precisión la medida. No e suna medida oficial ya que no lleva sello ni rasero, pero servía para cumplir su misión en la venta de vino. Esta forma no esta documentada en las tipologías de 1978, por lo que es muy antigua, seguramente del siglo XIX.
4- Jarra y jarro
Las jarras de distintos tamaños y usos, con asa de cinta y boca de pellizco. La denominación antigua es jarro para la pieza de una sola asa y jarra cuando lleva dos asas, aunque de forma genérica ahora se llama jarras a todos las piezas que servían líquidos en la mesa. Los jarros pequeños podías ser de medio azumbre ( 1 litro) o de cuartillo (1/2 litro). El cuartillo bien servido llenaba cuatro copas.
5- Jarra grande
Este tipo de jarra lleva una raya en el borde para marcar la medida de 3 azumbres, equivalente aproximadamente a 6 litros actuales. Con esta jarra se podían servir 12 cuartillos, y cada cuartillo contenía 4 copas de vino. Las jarras que se hicieron en Tajueco, tuvieron diferentes formas y tamaños. Algunas jarras muy grandes pertenecieron a los dueños de las cantinas que las sacaban para hacer rondas de vino entre los clientes, como medidas de vino para dispersarlo en bodegas o como jarras de cofradía para las fiestas populares. Nostors tenemos en la colección una jarra del pueblo de Bordecorex (Soria), datada en Tajueco en el año 1945 quizás de una cantina o bodega de este pueblo soriano de la misma comarca que Tajeueco
6- Porrón
Antes que de cristal, se hizo el porrón de vino, para la mesa permite beber sin derramar líquido; o echándolo a discreción mientras la boca esté abierta, cada cual a su manera. No tiene medida ya que con el porrón el vino se bebe de forma desmedida. No es una forma tradicional, pués lo comenzó a hacer Máximo Almazán en la segunda mitad del siglo XX.
7- Olla
Del mismo tamaño y forma que la orza solo tiene un asa. Su barro está mezclado para soportar el fuego sin romperse. Solo tiene un asa porque se arrima al fuego por el lado libre y así el asa no se calienta y se puede coger para retirarlo sin quemarse.
8- Cántaro
El cántaro siempre va a la fuente y vuelve para traer el agua a casa. Los mejores cántaros para agua se hicieron el Quintana Redonda, distante 25 kilómetros de Tajueco. Pero aquí también se hacían en barro rojo, sencillos de barro rojo sin vidriar.
9- Cántaro de aceite
Cántaro especial de dos asas, completamente vidriado destinado a contener y transportar aceite. Los cántaros además de para agua servían para vino o aceite. Hemos visto algunos cántaros atribuidos a Tajueco, con dos asas y pequeño pico vertedor, los cuales sirvieron para transportar aceite.
10- Aceitera
También llamada alcuza. Hace juego con la vinagrera y permite servir el aceite en la mesa
11- Vinagrera
Pequeña jarrita para dispensar el vinagre
12- Catarraña - Cantimplora
Dice el diccionario de Tajueco que una "catarraña" es esta botija de barro con dos asas para llevar el agua en el carro o colgada al hombro. Puede que la palabra "catarraña" ya no se use, o no la encuentres en otros diccionarios, pero estas cantimploras todavía se conservan en Soria.
13- Barril
Según explican los alfareros de Tajueco el barril de barro vidriado parcialmente por la boca, es una pieza utilitaria para llevar agua al campo. Posteriormente se han usado para contener licores, pero el alfarero sabio los hizo para el agua que refresca más cuando se trabaja.
14 - Botija
La botija es un pequeño cántaro, fácil de transportar y que permite beber directamente de la boca.
15- Botijo
Utilitario y popular botijo español, el botijo redondo de Tajueco es el mejor para la casa
16- Botijo Alto
Botijo de más capacidad, para las reuniones multitudinarias.
17- Botijo de Nevera
Para guardar el agua muy fresca a la sombra, en la fresquera o nevera, al ser plano cabe en una repisa.
18- Botijo campanario
Los botijos de fantasía de Tajueco. Piezas decorativas, este botijo decorativo para las ferias y romerías primero era de un piso con cuatro asas, luego dos pisos, tres pisos o infinitos, o con forma de pavo real. Creatividad de Máximo Almazán en los años 70 del siglo XX, se hizo popular como pieza decorativa que todos los turistas y veraneantes se llevaban a Barcelona para enseñar a los amigos, donde causaba alta admiración.
19- Botijo gallo
Botijo decorativo, pequeño y fácil de vender en fiestas y romerías; a los niños les hacia gracia, y a los turistas y filósofos les hacia reflexionar sobre el significado ancestral del símbolo del gallo que se llena por la cola y vierte agua por su pico.
20- Raya
Dice el diccionario de los "cacharreros" de Tajueco que una "raya" es un tipo de botijo soriano. Botijo peculiar que se pensó para beber agua con una sola mano.
13- Calorífero - calientacamas
"Calorífero" bautizaron los cacharreros de Tajueco a este cacharro de barro vidriado con dos asas y una boca con tapón de corcho. Famoso es el barro de Tajeuco que permite calentarse mucho sin romperse. Metiendo este tipo de botella "calientacamas" en el lecho se puede pasar por las sabanas calentando el colchón en el frío invierno.
14- Botella
Una botella de barro vidriado que puede contener licores, agua, vino, pacharán....
15- Maceta
Bonita maceta de Tajueco. Estas piezas para la casa se hicieron desde muy antiguo y fueron de las más vendidas en la última etapa de este alfar.
16- Pote de resina
Hechos a millones en Soria, tanto en Bayubas como en Tajueco. Los resineros usaron estas baratas y sencillos tarros de barro para recoger la resina de los pinos.
17- Barreño y barreño de matanza
Los barreños son grandes lebrillos, de barro vidriado por dentro y sin vidriar por fuera. Los de Tajueco llevan asas de cinta que salen desde el labio. A veces llevan cordones digitados en el borde. Algunos son de gran tamaño con más de 4 asas y se destinaban a contener la carne de la matanza anual del cerdo.
18- Cazuela
Pieza circular con el culo plano en su centro y ligeramente abombada hacia el exterior, paredes verticales de escasa altura y dos asas de cinta verticales. Las cazuelas se hacían de distintos tipos y tamaños, las comunes eran redondas, planas, con borde ligeramente exvasado, con o sin asas. Los tamaños más grandes se utilizaban para cocer el pan.
La cazuela llamada "perona" es de paredes altas, y empleada especialmente para cocer peras con vino, o sopas de ajo.
19- Asadera
Cazuela especial para asar en el horno. Esta forma de bandeja alargada en doble círculo era la antigua y tradicional. A finales del siglo XX se hicieron otras ovaladas perdiéndose esta forma.
20- Cazuela de trébede
Esta cazuela con patas que la elevan sobre el fuego permitía cocinar directamente en la lumbre. Sus tres patas permitían su colocación directa sobre el fuego. Es una forma tradicional y muy antigua que se dejo de producir a comienzo del siglo XX
21 - Cazuela de culo estrecho
A través de los escasos estudios etnográficos basados en la alfarería de final del siglo XX ha llegado la noticia de que en Tajueco se hacía una cazuela de culo estrecho para la degustación de las sopas de ajo. Esta cazuela se describe así: "Cazuela de culo estrecho y con tres asas de cinta horizontales opuestas a los lados de su borde." (VV.AA 1981). Esta cazuela también denominada en Soria como "cazuela de Almazán" está documentada en el alfar del pueblo de Almazán desde el siglo XVIII y hasta final del XIX, hay noticia de que también se realizó con la misma forma en otros alfares sorianos como Ágreda y en otros puntos de Castilla y Aragón con variantes. En Tajueco se realizó en el siglo XIX pero a mediados del siglo XX ya no había más que el recuerdo y no se produjo nunca más. Nosotros conocemos bien la cazuela de Almazán por ir pintada en negro con líneas onduladas y puntos, dibujos iguales que los platos de Almazán. Las cazuelas para sopas de Tajueco eran sin pintar pero con la misma forma y tipo de asas.
22- Puchero alto
El puchero alto con tapa es de una sola asa, vidriado por dentro y casi totalmente por fuera, se destinaba al fuego para cocinar.
23- Puchero culo ancho
Algunos pucheros, pueden tener dos asas, no son tan altos y la base es más ancha.
24- Cazuelo de escabechar
El diccionario "cacharrero" de Tajueco usa el término "cazuelo" para este tipo de puchero, con un tamaño y proporciones similares a la olla, lleva dos asas que tocan el borde y no tiene cuello, el borde exvasado sale directamente del final de la panza. El escabeche es un método de conservación de alimentos, previamente cocidos, mediante un caldo de vinagre, aceite frito, vino, laurel y pimienta en grano. De origen árabe esta técnica culinaria era indispensable en el recetario soriano. Se escabechaban carnes como perdices, gallinas, palomas o conejos, también los peces como las truchas del río Ucero y del río Abión.
Esta imagen ilustra los tres tipos de pucheros de la cacharrería de Tajueco. (Dibujos del Museo Numantino 1978)
25- Bebedero de animales
Bebedero alto para gallinas, también se hicieron semiesféricos para conejos y para otros animales de granja.
26- Tubo de estufa
Tajueco fabricó en gran cantidad elementos arquitectónicos de barro, desde ladrillos y tejas a tuberías para agua o para las estufas.
27- Hucha
Hucha de Tajueco para guardar dinero
28- Plato
Estos platos de Tajueco son de mediados del siglo XX, adornados y decorativos de la etapa final del alfar tradicional
29- Tazón
30- Juego de café
Juego de café con cafetera y azucarero
31-Juguetes
Las muñecas y muñecos de barro siempre se hicieron en este alfar, se conservan estas figuras humanas a la moda del siglo XIX hechas por Máximo Almazán en los años 70 del siglo XX.
31- Zambomba
Instrumento musical donde un cacharro de barro soportaba la membrana de piel de animal. Cualquier puchero de barro se puede convertir en zambomba pastoril, pero parece que en Tajueco hacían estas piezas alfareras especiales y adaptadas para la música
NOTAS:
(1) ALMAZÁN DE GRACIA, Ángel: Guía de la artesanía de Castilla y León. Soria. Junta de C. y L., Valladolid, 1991.
(2) ECHEVARRIA, E. / J. FERNANDEZ / C. VALDIVIESO ALFARERIA CASTELLANA. EL OBRADOR DE LA FAMILIA FERNANDEZ EN BALTANAS. PALENCIA, 2013, PÁGINAS, 23 A 27
(3) ECHEVARRIA, E. / J. FERNANDEZ / C. VALDIVIESO ALFARERIA CASTELLANA. EL OBRADOR DE LA FAMILIA FERNANDEZ EN BALTANAS. PALENCIA, 2013, PÁGINA 27
(4) ALMAZÁN DE GRACIA, Ángel: Guía de la artesanía de Castilla y León. Soria. Junta de C. y L., Valladolid, 1991. Página 39
BIBLIOGRAFÍA:
ARGENTE José Luis. y COLÍN, Celestino: Cerámica tradicional en Soria, Diputación de Soria, 1994.
AZCÁRRAGA, María Isabel de, y RODRÍGUEZ LIMÓN, Serafín: “La alfarería de Tajueco y Quintana Redonda”, en Narria, nº 11, Septiembre de 1978, Madrid.
CORONADO, Ángel.: “Las rutas perdidas de la alfarería soriana”, Soria Semanal, 9-abril-1977.
VV.AA. (1981) FERNANDEZ MONTES, M.; CARETERO PÉREZ, A; ALBERTOS SOLERA, M.A .: Alfarería popular de Tajueco, Museo Numantino, Soria, 1981.
ECHEVARRIA, E. / J. FERNANDEZ / C. VALDIVIESO ALFARERIA CASTELLANA. EL OBRADOR DE LA FAMILIA FERNANDEZ EN BALTANAS. PALENCIA, 2013, 82 p
MARTÍNEZ LASECA, José María: “Alfarería popular de la provincia de Soria”, Arevacón, nº 8, Soria, 1983.
Autor: Guillermo Gómez Modamio
TALAVERA-16
Septiembre del 2023
