Fábrica de loza de Galizano

 La fábrica de loza de Galizano, loza fina de Cantabria en el siglo XIX

Esta fábrica fue un complejo fabril dedicado a la elaboración de productos de loza "a la cortesana", fundado en la localidad cántabra de Galizano (municipio de Ribamontán al Mar), hacia 1806/1807, y desaparecido a finales del siglo XIX.

La empresa de Galizano, citada por Madoz en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico (1846-1850), fue uno de los varios emporios fabriles dedicados a la loza fina que nacieron con la Ilustración en la cornisa del Norte español.

Su impulsor y director fue el empresario español Manuel de la Llama Fernández,​ que la instaló en una finca junto a la ría de Galizano (entonces concida como ría de Canedo). Allí, además de su residencia o casa-fábrica, montó inicialmente dos hornos y construyó un pequeño puerto para cargar la mercancía en lanchones y distribuirla por el litoral. Las arcillas procedían de las riberas del vecino río Herreros de Cuesta Negra y del regato de Santa Catalina.

En 1820 funcionaban ya cinco tornos, «trabajando con cincuenta moldes de diversos tamaños para diferentes figuras», y dando empleo a «cinco operarios ocho meses al año».  No se conocen las causas de la paralización y abandono. Algunos expertos avisan de la fácil confusión de su producción con la de otras talaveras o “lozas a la valenciana”, o incluso con cerámicas de mayor abolengo como las de Muel, Talavera o Manises.

CRONOLOGÍA DE LA LOZA DE GALINAZO (1808 - final del XIX)

* Comienza en  1806 - Plenamente activa en 1808.

* A partir de 1809 se deja de usar el esponjado, para usarse solo el pincel

* Seguía aún produciendo en 1878 (lo constatamos por una jarra fechada en este año).

El alfar cesa su actividad a finales del siglo XIX sin que podamos precisar las causas o una fecha determinada.

Se trata de una producción poco estudiada y casi desconocida en el coleccionismo de carte español. La mayoría de sus piezas se encuentran mal catalogadas. Al ser su producción una imitación de las influencias alcoreñas recibidas a través de Manises y de Talavera sus productos se pueden confundir fácilmente con la cerámica coetánea de centros más conocidos.


En el año 1820 cuenta con cinco tornos y cincuenta moldes de diversos tamaños para diferentes figuras. Da empleo a cinco operarios ocho meses al año. Elaboran: “Vasijas con base estannífera, decoradas a mano, donde predominan los azules, cobaltos y una paleta de colores que incluye el negro, amarillo, rosa y verde.

Parece ser que podemos distinguir una primera época- hasta 1819, fecha de la muerte de don Manuel, en la que se decora con esponjado preferentemente y una posterior en donde se decora a pincel, se amplía la paleta de colores y se introduce la elaboración de baldosas de estilo neoclásico para suelo y pared.

Las jarras de Galinazo


Por el material conservado parece que la pieza más común era la jarra, fabricada en tres tipos y con varios tamaños en cada uno de ellos. Las piezas de estas vajillas, eran blancas, con base estannífera y decoradas a mano con «tonos azules, cobaltos y una paleta de colores que incluye el negro, amarillo, rosa y verde».​ 

Un primer grupo de jarras esbeltas, son de base plana en forma de pié de copa, esmaltadas en su totalidad, con cubierta estannífera craquelada, de color blanco con tonos amarillentos y boca ancha con un largo pinzamiento que forma el pico vertedor; lleva un asa curva que parte de la boca hasta la panza, se denominan “ordinarias”.

Otro grupo corresponde a jarras de diferentes capacidades que van desde la más grande, una pieza de seis litros (tres azumbres), hasta la más pequeña de medio cuartillo; son de la misma morfología que las anteriores pero con la diferencia que supone la decoración con temas vegetales, enredaderas, helechos, en azul cobalto y realizadas con esponja. Las hojas rodean la panza desplazándose por el pinzamiento hasta la boca. Dentro de este grupo nos encontramos con jarras con el mismo tema decorativo que al llegar a la panza bajo el pico vertedor se forma una orla que lleva en su interior el nombre y apellido de la persona a quien va destinada.


El tercer grupo corresponde a “jarrillas” de menor tamaño, no pasan de 14 centímetros. De pie alto y amplia panza que termina en un cuello corto y exvasado al final, dando forma a un ligero pico vertedor; su decoración consiste en líneas paralelas y onduladas en azul cobalto y manganeso, destacando las mismas en la curva más pronunciada de la panza, motivo que se repite también en el cuello. En otras las líneas pasan a ser quebradas, apareciendo circunferencias secantes”

Imagen de jarras de Galinazo. La decorada con esponjado es la más antigua datada entre 1808 y 1819.

Loza fina galinazo cantabria

BIBLIOGRAFÍA:

CERÁMICA PREINDUSTRIAL EN CANTABRIA: SIGLOS XVIII y XIX. Las fábricas de Isla, Posadorios, Las Llamas, Santander y Galizano.
(Extracto del capítulo homónimo del libro en preparación “La Cerámica en Cantabria: de los orígenes a la actualidad”, de José Antonio Barquín Ruiz).

▷  Fábrica de loza de Galizano【TALAVERA 16 】

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